Fragmento de «Tal como soy... ahora»
«No iba a exponerle dilemas éticos. No le aconsejaría. Ni siquiera le advertiría de posibles problemas futuros. No le recalcaría la incorrección de ser infiel, o que su matrimonio peligraba; tampoco que se arriesgaba por lo desconocido. Yo iba a estar ahí para él siempre que él quisiera. Si él quería estar conmigo, yo no iba a faltarle. Aunque solo lo deseara un mes, una semana, un día. Viviríamos el ahora, la única realidad, que no se repite aunque puedas visionarla una y otra vez; aunque para tu mente suceda cuando la piensas. Desde que él no está, no hay flores azules, solo sus hojas. Siguen surgiendo flores amarillas bajo el suelo de cristal. Miro mis manos. Miro mis pies. Imagino, sin querer, la torre de cultivo, piramidal, sus secciones giratorias que buscan el sol. Las plantas de nuestra Torre morirán pronto».
De la novela «Tal como soy... ahora» de Ana Ávila de Luna Navarrete