Lo sé por propia experiencia. Hablando de la depresión..., por si a alguien le ayuda.
Ese pequeño esfuerzo inicial por vivir tiene que ir dedicado igualmente a ver que nuestro cuerpo es nuestra casa. Es un templo al que cuidar. Y alimentarlo bien no significa dedicar más tiempo a cocinar, sino elegir los ingredientes adecuados. Simplemente un batido de frutas con leche de avena y frutos secos por las mañanas, que no requiere apenas tiempo de elaboración (o energía para digerirlo), te da un subidón de energía. Cuando yo lo descubrí, no podía creer que te diera tantas ganas de moverte. Incluso de correr.
Es decir, tenemos que aprender que nuestro ánimo depende también de los alimentos. Es básico. Yo he pasado por eso, incluso pensando en el suicidio, y una simple frase (un punto de vista diferente) puede hacer que veas las cosas de otra manera de repente. Como darte cuenta de que nuestros pensamientos no son consecuencia de nuestro ánimo, sino que es nuestro ánimo el que nace de nuestros pensamientos (y de lo que comes, porque nuestro cerebro se alimenta también físicamente). Y descubres que tú puedes cambiar tus pensamientos (y comer lo adecuado), y por tanto puedes influir en tu ánimo.
Con ayuda de medicación, puedes comenzar a pensar. Y entonces, las palabras adecuadas pueden cambiar tu punto de vista, y empiezas a salir del pozo. Pero no solo es importante alimentar la mente con las palabras/pensamientos adecuad@s, también hay que alimentar correctamente el cuerpo (nuestro cerebro), porque van unidos. La alimentación es esencial.
Cuerpo y mente van unidos. Las emociones son pasajeras. Somos algo más que una emoción. Vive el aquí y ahora.