Cuando llega diciembre, yo también me siento extraña...
Por una parte, el deseo de disfrutar de la Navidad, y por otra, el miedo a los petardos, que me hacen sentir tan mal... Pero eso no es todo, pensando en la Navidad también llega la tristeza, porque en estas fechas murió mi madre y murieron dos de los perros que he adoptado, que eran como niños pequeños... Aparte de su ausencia, el recuerdo de esos días difíciles... En cualquier caso, el espíritu navideño es poderoso. Y no voy a tardar mucho en poner el árbol...
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