Tengo muy claro, desde el principio, que este virus se alimenta del ego colectivo.
Al ver las consecuencias del virus en los países por los que iba pasando, la inmensa mayoría de las naciones (y sus ciudadanos) han creído que ellas lo iban a hacer mejor, que lo estaban haciendo mejor, y que no iban a sentir sus consecuencias tan acusadamente...
Y algunas han cambiado de parecer después... Incluso cuando ya pensaban que el virus estaba controlado para siempre...
El virus ataca desigualmente por muchos factores: la edad de los ciudadanos, las costumbres sociales, las condiciones climatológicas...
Y nos ha dejado una enseñanza: «no menospreciemos a los demás»
Ana Ávila de Luna