Una vez escribí en los espacios vacíos de una guía de ferrocarriles los nombres de los que, aquel verano, acudieron a casa de Gatsby. Ahora es ya una guía atrasada, desconchada por todos lados, en la que se lee: «Este horario tiene efecto a partir del día 5 de julio de 1922»; no obstante, quedan bien claros los grises nombres que, más expresivamente que mis generalizaciones, pueden dar idea de quienes aceptaron la hospitalidad de Gatsby, pagándole el sutil tributo de no saber absolutamente nada de su persona.
«El gran Gatsby»
Francis Scott Fitzgerald