Pasa por la plaza un mendigo adolescente, tonto, a quien falta un ojo. Camina rígido, hierático, con lentitud, y va rodeado por dos docenas de muchachos que lo miran en silencio. El tonto tiene una descalabradura, aún sangrante, en la cabeza, y un aire de una profunda tristeza, de una inusitada tristeza en todo su ademán. Anda arrastrando los pies, apoyado sobre un bastón de cayado, con el espinazo doblado y el pecho hundido. Con una voz chillona, cascada, estremecedora, el tonto canta: Jesús de mi vida, Jesús de mi amor, ábreme la herida de tu corazón. Una mujer con un niño a cuestas se ha asomado a un portal. -¡Lástima no reventases, perro! «Viaje a La Alcarria», Camilo José Cela http://cvc.cervantes.es/actcult/cela/default.htm