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Al Sol levantó apenas la ancha frente
el veloz hijo ardiente
del Céfiro lascivo,
cuya fecunda madre al genitivo
soplo vistiendo miembros, Guadalete
florida ambrosía al viento dio jinete,
que a mucho humo abriendo
la fogosa nariz, en un sonoro
relincho y otro saludó sus rayos.
(...)
«Soledades», Luis de Góngora