Rayo de luz hasta el fondo, explicadas las largas ausencias de mi padre, sus contratas por provincias (siguiendo a la Nardi, ahora lo sé), el inútil retorno de mi madre en su busca, a última hora porque sólo vino a morir, eso sí lo sabía yo, aquel domingo 23 de septiembre, el incendio del Teatro Novedades, me dejó huérfano, mi padre tocando en la orquesta, mi madre entre los espectadores sin que él lo supiera, ahora completo el suceso, casi cuarenta años después, la Nardi en el escenario, mi madre a sorprenderles, quizás a armar el escándalo, hasta puede que tía Chelo le sugiriese la idea, era muy capaz, pero el fuego no dio tiempo, el fuego amigo de Flora, enemigo de Chelo, el infierno, las alusiones de mi tía a la justicia divina, grotescas, pues me contó Flora que la Nardi se salvó, vivió más años, casada en Barcelona con un fabricante, se escribieron hasta su muerte, nunca olvidó a mi padre, su gran amor.
«Octubre, Octubre»
José Luis Sampedro