I never saw a man who looked
Which such a wistful eye
Upon that little tent of blue
Which prisoners call the sky,
And at every wandering cloud that trailed
Its ravelled fleeces by.
Jamás vi a un hombre que mirara
con ojos tan llenos de anhelo
esa pequeña carpa azul
que los prisioneros llaman cielo,
y a cada nube errante que remolcaba
sus vellones deshilados.
«La balada de la cárcel de Reading»
Oscar Wilde