Javier. No se ve nada... sombras... De un momento a otro parece que el bosque puede animarse..., soldados..., disparos de fusiles y gritería..., muertos, seis muertos desfigurados, cosidos a bayonetazos..., es horrible... No, no es nada... Es la sombra del árbol que se mueve... Estas gafas ya no me sirven..., nunca podré hacerme otras... Esto se ha terminado. ¿Son pasos? Será Adolfo, que viene al relevo. Ya era hora. (Grita.) ¿Quién vive? (Nadie contesta. El eco en el bosque.) ¿Quién vive? (El eco. Javier monta el fusil y mira, nervioso.) No es nadie..., nadie... Me había parecido... Será el viento... No viene Adolfo. ¿Qué pasará? (...)
«Escuadra hacia la muerte», Alfonso Sastre