MIS NOVELAS

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Mis novelas

Mito de la Caverna de Platón

«El satiricón» de Petronio

 




-Amigos, los esclavos son personas como nosotros, que han mamado la misma leche, aunque la fortuna no los haya tratado cariñosamente. Quiero que pronto y en vida mía sean libres. En una palabra, en mi testamento los manumito a todos. Dejo, además, a Filargirio una finca; a Carrión, una manzana de casas y una cama completa. A Fortunata la instituyo heredera universal y la recomiendo a todos mis amigos. Y si por adelantado doy publicidad a estas mis últimas voluntades, lo hago para que todas las personas de mi casa me quieran como si ya estuviese muerto. (...)
Volviéndose luego hacia Habinas, le dijo:
-¿Qué te parece, carísimo amigo? Dime: ¿construyes mi sarcófago según las instrucciones que te di? Pon, sobre todo, la figura de mi perrita a los pies de mi estatua, y coronas y jarros de esencias, y los combates en que he estado, para que deba a la destreza de tu cincel la gloria de vivir después de mi muerte. Quiero, además, que el terreno en que me sepulten tenga cien pies de largo a la vía pública y doscientos al campo, porque han de plantarse alrededor de mi sepultura todo género de árboles frutales, y viñas sobre todo. (...) Lo primero que deseo es que graben la siguiente inscripción: "Mi heredero no tiene derecho alguno a este monumento."

«El satiricón», Petronio