Determinaron consultar sus dificultades con un santón viejo, muy famoso en aquella comarca, y que pasaba por el filósofo más sabio de toda Turquía; distaba muy poco su habitación de la huerta de Cándido, y una mañana fresca fueron a verle. Pangloss tomó la palabra, y le dijo:
-Maestro, venimos a preguntarle para qué fin ha sido criado este incomprensible animal que llamamos hombre.
-Y ¿quién os mete a vosotros en averiguarlo? -respondió el musulmán.
-Pero no negará usted, reverendísimo padre -añadió Cándido- que hay una horrible cantidad de mal sobre la tierra.
-¿Y qué importa -replicó el viejo- que haya mal o haya bien?
-¿Pues no ha de importarnos, si vivimos en ella? -prosiguió Pangloss-. Y ¿podrá llamarse temeridad el preguntarte (confiado en tu sabiduría) cuál debe ser nuestra conducta, y qué sistema debemos adoptar?
-Gozar, o sufrir y callar siempre -respondió el derviche.
-Yo me lisonjeaba de poder platicar contigo -dijo Pangloss- acerca del mejor de los mundos posibles, de los efectos y las causas, del origen del mal, de la naturaleza del alma, de la armonía prestabilita y de...
El turco cerró su puerta y echó el cerrojo.
«Cándido», Voltaire
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¿Sabías que Voltaire se hizo vegetariano? https://www.facebook.com/photo/?fbid=808176047775664&set=a.537374914855780